Dijo Umberto Eco, tras finalizar su obra "El nombre de la rosa", que solo tuvo un motivo para embarcarse en la difícil tarea de escribir libros: tener ganas.
Como él, yo tampoco pretendo que esto sea el germen de ninguna revolución. No va a marcar una antes y un después en mi vida. Solo pretendo compartir de alguna manera mis vivencias, esperanzas y mis inquietudes. Y esto ya lo hacía antes de crear un blog. Así que no resulta novedoso.
Cierto es que, tal vez, pueda llegar a más gente. Pero también es cierta la frialdad que comporta conocer a alguien sin saber qué dice su mirada.
No solo podemos hablar con la boca; también lo pueden hacer los ojos y, en adelante, espero que mis dedos...
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